
sibles de ser transmitidas desde un punto a otro, determinadas áreas
clínicas han usufructuado de la telemedicina más que otras. Tal es el caso de la telerradiología, teledermatología, telepatología y la teleoftalmoloo telesalud mental, ya no por las imágenes diagnósticas en sí, sino por a sencillez de llevar a cabo una sesión terapéutica vía remota. No obs-
tante, en la actualidad casi todas las especialidades médico-quirúrgicas
han incorporado las TIC a sus escenarios habituales. Es más, han surgido
nuevas aplicaciones basadas en determinadas enfermedades o según los
sitios en donde se llevan a cabo, como por ejemplo teleictus que ya es
toda una aplicación en sí, cuasi independiente de la teleneurología; o la
tele-UTI/UCI que basa su concepto en la atención y monitoreo remoto de las terapias intensivas.
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